Cuphead

Cuphead llega al mercado de los videojuegos como un vendaval de creatividad y diversión que realza la importancia del género run and gun que tan olvidado había quedado con el paso de los años.

Lo que comenzó como un desarrollo indie curioso, pero posiblemente destinado a ser un olvidado del mercado, se ha acabado convirtiendo en uno de los mayores éxitos que se han visto alrededor del entorno de Microsoft en los últimos años. Cuphead ha triunfado y ha demostrado que todavía se pueden desarrollar juegos de géneros del pasado que interesen al gran público. Y lo ha logrado con una estética deliciosa, un desarrollo de niveles cuidado hasta el más mínimo detalle y una rejugabilidad que ayuda a que sea imposible dejar de jugarlo durante meses.

Volviendo a los años 30

En una época en la cual lo vintage está cada vez más de moda es muy lógico que el estilo cartoon tipo rubber hose encaje bien en forma de videojuego. Esta es la forma de animar de la década de los 30, una época en la cual Disney comenzaba a realizar sus primeros cortos con un clásico ratón Mickey que posiblemente no imaginaba todo lo que llegaría a conseguir con el paso de las épocas. Ese estilo, cimentado en el trabajo de profesionales como Walt Disney y los estudios Fleischer, es lo que toma de referencia el equipo de StudioMDHR para dar forma a un juego que ya se puede decir sin pelos en la lengua que se ha convertido en un clásico moderno.

Los run and gun renacen por todo lo alto

Se podría comenzar esta review hablando sobre el supuesto nivel de dificultad de Cuphead, alarmante para algunos críticos y de "andar por casa" para otros, pero lo cierto es que desmerecería el trabajo realizado por el equipo de desarrollo. Más allá de polémicas y de niveles de dificultad, Cuphead es un caramelito, un regalo que el mundo de los videojuegos recibe cada mucho tiempo y que se puede disfrutar de inicio a final con una sonrisa en la cara.

Se introduce en el género de los run and gun, juegos que tuvieron su época dorada en las consolas de 16 bits y que poco a poco debido al abandono de los gráficos 2D fueron desapareciendo. De estos juegos adopta no solo la mecánica principal: avanzar, saltar y disparar, sino también ese alto nivel de dificultad que ayuda a que la duración del juego, que no solía ser elevada, se justificara haciendo que el jugador repitiera las pantallas una y otra vez. Pero aún dentro del organigrama actual, en el cual son tan habituales los juegos que castigan al jugador en la muerte "robándole" todo su equipamiento, Cuphead es generoso y no solo tiene vidas infinitas, sino que no quita nada de lo obtenido por el camino.

Combate tras combate sin descanso

El desarrollo se ve representado por los combates contra los jefes, que son quienes ganan todo el protagonismo como si de un juego de Mega Man se tratara. El camino hasta el jefe está trufado por niveles e intersecciones 2D en las que hay que avanzar saltando y disparando, pero es obvio que el grueso de la propuesta se encuentra en esas duras batallas contra los grandes enemigos del final de la fase. Buscar sus puntos débiles, encontrar la mejor forma de atacarles y trazar estrategias que salgan bien serán algunos de los objetivos de los jugadores.

Y todo ello con un apartado musical mágico, que hace soñar incluso escuchando la banda sonora sin estar jugando, pero que aún gana más puntos cuando se combina con esa estupenda recreación visual moderna del rubber house. Cuphead es un juego entre un millón, un título que se recuerda porque hace historia.

Pros

• Su estupendo apartado visual
• El equilibrio que proporciona la jugabilidad

Cons

• Falta de más tutoriales para los jugadores menos versados
• Se echa en falta más variedad de personajes